¿Cómo beber vinos únicos sin pagar una pasta?

En España hay 4.347 bodegas. Y más de 15.000 marcas de vino. Es un lujo abrumador.

Pero también hay cientos (quizá miles) de enólogos, sumilleres y esnobs que no callan.

Ese número se multiplica cada año. Son como setas.

Setas con una jerga propia.

Esa es la parte mala de que tengamos tanto vino. Que da para mucho esnob.

En España no hace falta pagar grandes cantidades para beber un buen vino.

El vino se bebe y se disfruta en compañía, y no en una mesa de cata con el culo apretado.

Se puede hablar de vino y describirlo sin ínfulas para que todos lo entendamos y hasta lo pasemos bien.

En Descorchify llevo dos años arrojando un poco de luz y de lenguaje sencillo en este sector secuestrado por el lenguaje engolado y la altanería.

¿Cómo? Con una selección mensual de tres vinos (La Caja) e historias de las que solo te enterarás si te apuntas a la lista.

Si este texto te ha dicho algo, únete a mi lista:

No es el típico rollo de sumiller plasta: Únete a la lista

Te voy a escribir un correo al día para contarte historias, hablarte de vinos (sin entrar en tecnicismos ni para demostrarte todo lo que sé o dejo de saber) y para venderte vino.

Voy a entretenerte, recomendarte vinos, libros, series, discos...

...y a desgranar por qué estoy cansado de tanto enólogo engolado, sumiller con ínfulas y vendedores que ponen más énfasis en demostrar todo lo que saben que en ayudarte a elegir.

También tendrás acceso a vinos de producción limitada de enólogos independientes.

El vino, cuanto más caro, mejor vino

Llegas al restaurante y te sacan una carta de vinos del tamaño del Quijote. Necesitas un excel, a Siri ya a Alexa para entenderla.

Pides ayuda y aparece un sumiller que tiene más ganas demostrarte lo que sabe de vino que de ayudarte.

Te acaba haciendo media docena de preguntas (que si te gusta suave, afrutado, con más tanino, con menos potencia, elaborado por zurdos...).

Te preguntas si trabaja en el CIS. Te acaba sirviendo lo que le da la gana y al precio que le parece a él bien.

Te vas con la sensación de que te han metido un gol.

Otro caso:

Entras en una tienda de vinos para comprarte -o para regalar- algo que se salga de los marqueses, pagos, cotos, etc...

El dependiente, que es como el sumiller de antes pero con lenguaje más enrollado, te cuenta que tiene un tinto extinto elaborado con una variedad única en el alto del Kilimanjaro.

Que lo vendimian haciendo el pino puente.

Y que el enólogo hace el coupage los días que la luna está en celo con Saturno.

La botella cuesta un pastizal.

No sabes como decirle que no.

Esto lo he vivido yo también durante años.

Hasta que un día monté Descorchify.

Si quieres saber de qué va esto, es aquí: